lunes, 8 de mayo de 2017

LA DIDÁCTICA DE GEOGRAFIA QUE QUEREMOS CONSTRUIR

Las personas que trabajamos en las aulas universitarias y en la educación básica nos encontramos en un dilema. Cuando queremos escribir, razonar o aconsejar sobre la manera de mejorar la enseñanza de la geografía con niños, adolescentes y jóvenes, queremos convencer tanto a los académicos y políticos que influyen en el currículo escolar, como a las personas que trabajan día a día en las aulas.
Y ello es muy difícil, pues los intereses son diferentes. En un caso nos encontramos con una definición de la didáctica desde las normativas administrativas y desde la presión que se ejerce desde organizaciones internacionales, como la OCDE y el programa PISA. Es decir, nos movemos en un marco institucional de la comunicación. En el otro, nos movemos en las emociones, sentimientos y representaciones sociales de las personas respecto a su trabajo cotidiano y a la idea que se forman de los más jóvenes que acuden a sus aulas para ser conducidos en el aprendizaje de los fenómenos ambientales y las situaciones sociales.
Para facilitar el debate sobre estas cuestiones sometemos a debate el artículo:
Xosé m. SOUTO GONZÁLEZ (Universitat de València y proyecto Gea-Clío)
Didáctica de la geografía y currículo escolar. En
DE MIGUEL GONZÁLEZ, Rafael; DE LÁZARO Y TORRES, María Luisa; MARRÓN GAITE, María Jesús (editores) La educación geográfica digital, ISBN: 978-84-938551-9-2 Depósito Legal: Z-2159-12 © De esta edición: Grupo de Didáctica de la Geografía de la Asociación de Geógrafos Españoles; páginas 73-92
En este artículo, que reproduce una ponencia presentada en el Congreso de Didáctica de la Geografía de Zaragoza, en el año 2012, pretendo sintetizar la ambivalencia del discurso que realizamos. Entiendo que, además, este razonamiento puede generar problemas de relación con el profesorado de la enseñanza básica, pues los estudios sobre el currículo le parecen tan lejanos como su capacidad para intervenir en sus modificaciones.
Por eso, al margen de las regulaciones administrativas, hemos defendido, desde Gea-Clío y desde el Geoforo, una educación geográfica que vaya más allá de la regulación de las áreas de conocimiento y organización como materia disciplinar. Una manera de entender el conocimiento geográfico que permita utilizar el mismo por parte de docentes en la manera de educar a los niños, adolescentes y jóvenes en las aulas escolares
En este artículo se propone la definición de la geografía escolar no sólo como un conjunto de hechos que se deben aprender como cultura importante para la sociedad, sino también las emociones y sentimientos que provoca en nosotros un medio, que es percibido como próximo o lejano y que incide en la valoración social del mismo.
Las preguntas que nos planteamos son las siguientes:
1.-¿Cómo nos ha afectado en nuestra experiencia docente la organización de las disciplinas y áreas escolares en la manera de programa las actividades de un curso escolar?
2.-¿Hemos conocido experiencias de organizar la enseñanza de la geografía en relación con un proyecto curricular que oriente el conocimiento hacia la acción social? En caso afirmativo, cuál ha sido el agrado/desagrado de este hecho.
3.-¿Cómo ha incidido el conocimiento de un territorio en su valoración para vivir en éste o para desplazarme con la finalidad de estar unos días de vacaciones?
Las respuestas a estos interrogantes nos permitirán profundizar en nuestro conocimiento personal respecto al territorio que conocemos y al lugar en que vivimos, al mismo tiempo que podremos ser conscientes de los estereotipos y prejuicios que poseemos al valorar un determinado medio geográfico. Quizá así podamos empezar a construir un espacio público educativo, donde sea posible compartir las emociones, opiniones y argumentos que hemos almacenado en nuestra vida.


5 comentarios:

  1. El conocimiento de la geografía permite la mejora del movimiento y el conocimiento de la persona sobre el medio en el que se encuentra!! Este conocimiento permite enriquecer las vacaciones de cualquier persona: sabes donde hay museos, donde está la costa y la zona interior, donde hay zonas de naturaleza y zonas más cosmopolitas! Dónde se encuentra ubicado el casco antiguo y el ensanche de cualquier ciudad! Por tanto mejora tú vida! Es vital que la enseñanza de la geografía se inserte en los currículums escolares y universitarios!

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  2. Respecto a la primera cuestión, desde mi punto de vista el currículum que debemos desarrollar marca todas las actividades y tareas que realizamos en el aula.
    Respecto a la segunda, hemos llevado a cabo proyectos de geografía que pueden considerarse que tienen un fin social, por ejemplo, realizar un proyecto eTwining para elaborar una guía turística para promocionar nuestra localidad, Calpe, en coordinación con alumnos de Carpentras, que realizaban la guía de su localidad. El proceso ha sido muy motivador para mis alumnos ya que han podido relacionarse con alumnos de otro país y han conocido su localidad. Y tambíen tiene relación con la tercera pregunta porque quieren realizar un intercambio real.
    La última pregunta evidentemente el conocimiento del patrimonio natural de Calpe realizando el proyecto ¿Cómo se hizo el peñón de Ifach? ha hecho que mis alumnos valoren más este icono de nuestro municipio.

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  3. José R. Pedraza Serrano6 de junio de 2017, 10:04

    Cierto es que la distancia entre el currículo y el profesorado es grande, lo cual no frena el inconformismo de algun@s para poner el acento en esa geografía contextual y competencial, más propia del territorio sentido y querido.
    En nuestro experiencia docente hemos pretendido poner al paisaje como omnipresencia en todos los ámbitos didácticos. Hemos intentado ‘tirar tabiques’: el “Proyecto Paisaje” (con el concurso andaluz de fotografía de paisaje a la cabeza); ‘Circula con cabeza” (ApS en el que el alumnado proponía soluciones viales, circunvalatorias y de aparcamiento ante un caos local con el consiguiente manejo espacial –valores, tradiciones,…-); “Paseos geoliterarios” (itinerarios urbanos en los que perciben e interpretan sus sendas diarias en un ejercicio interdisciplinar e intergeneracional).
    Importante es vertebrar la acción educativa a partir de la búsqueda de apoyos en órganos o instituciones que produzcan sinergias. El aula, como manantial, pero a partir de ella saber aprovechar el Departamento (coordinación primaria), el Ámbito (secundaria), el ETCP (terciaria). Y más: la Formación en centros, siempre con una línea de trabajo geosocial en la que converjan objetivos; un Grupo de trabajo, como dinamizador; del Centro de Profesorado, como difusor de propuestas espaciales; el Ayuntamiento, como necesario colaborador de las iniciativas escolares que tengan como escenario y objeto de estudio el propio término municipal; la Escuela de Familias, para educarlos en perspectiva paisajera y para, recíprocamente, aprender de ellos y ellas, paisanaje en definitiva que educa a nuestros discentes, herederos y gestores futuros del medio; el cronista oficial,…; etc., etc.
    Como dice Souto, el espacio geográfico es “el ámbito de referencia para la identidad de una persona”, y por ello consideramos que no debe ser un producto técnico, sino el resultado visible de la propia ordenación ciudadana. Si las “decisiones de la geografía que se enseña en las aulas están muy condicionadas por la política educativa general de un país”, la escuela debe procurar revertir esa condena. Pero para ello se precisa de un profesorado inconformista y creativo, empático y abierto, investigador y dispuesto. Lo hay hogaño. Pero no corren del todo buenos tiempos para la lírica (geográfica).
    Cuando hablamos de estudio del espacio, precisamente no nos referimos a la “armonía del paisaje” que oculta conflictos. El conflicto es el que depara la resultante perceptiva: propiedades, intereses comerciales, antagonismos sociales, productivismo vs. ecologismo, ocio frente a negocio.
    El autonomismo achicó la escala del espacio de interés. Desde una escuela independiente de los poderes establecidos (no con tufo partidista), se puede ser crítico con la realidad pateada (espacio privado y público; inversiones; desigualdades sociales o territoriales). Ahí es donde debe prevalecer el carácter innovador e investigador de la docencia. Ahora, si nos quedamos a reproducir las propuestas editoriales, no habrá problematización ni debate real que valga.
    La mejor geografía vendrá de la mano de trabajar los valores que hacen adoptar una actitud, para lo que hacen falta procedimientos. Sólo así se conseguirá el “conocimiento crítico y autónomo del espacio geográfico para poder incidir en el marco escolar”.
    Pasado un tiempo, cuando nuestros jóvenes tengan responsabilidades políticas (en sentido amplio), es posible que esa educación geográfica se materialice en mejores actuaciones públicas. No estaría mal que aparte de que fuese una geografía crítica, fuese una geografía continua en los diferentes niveles escolares.
    Cerramos con una bella cita que bien puede condensar las aspiraciones de una geografía capital (a la cabeza), aquella que evitaría tanto desmán y despatrimonialización:

    “…desarrollar una programación interdisciplinar, a partir de una concepción del medio como un conjunto de relaciones ecosistémicas entre las actividades humanas y los distintos elementos físicos y biológicos que con ella se integran en un paisaje (Souto, Pérez y Ramírez, 1997)”.

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  4. Sin querer extenderme en exceso, una vez redactado el comentario anterior, me encuentro con una cita (adaptada) que manuscribí en "Las Jornadas sobre Redes Educativas. La educación en la sociedad del conocimiento" (Sevilla, 2011) y que corresponde al profesor de la Universidad de Valencia Josep Sanz Beneyto. Parafraseamos su comunicación: "La descontextualización de los libros de texto forma parte de la lógica de mercado en la que el entrono no entra a formar parte, en una clara visión del mundo (androcéntrica, conservadora, blanca, urbana, de clase media,...), lo que conlleva una clara desprofesionalización ya que lo único que se hace es aplicar un currículo cerrado de manera aislada en la que no se permite un conocimiento colaborativo, innovador, cercano,...
    Es relativamente fácil ser profesor al aplicar un contenido dado a través de unos conocimientos mínimos que no precisan de alta cualificación, o, mejor dicho, escasamente competencial. Es preciso la reprofesionalización, que pasa por la redefinición del papel que debe jugar el profesional docente con un perfil y función más activa, más autónoma y menos dependiente de ofertas editoriales hechas de la lógica del beneficio y de una supuesta (y explícita) 'neutralidad'".

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  5. Como profesora de Secundaria destaco aquí algunos aspectos que me han influido y condicionado positiva y negativamente en mi práctica docente. Sí, he conocido un conjunto de buenas prácticas como son, las salidas al campo organizadas desde asociaciones como A Sociedade Galega de Xeografia y otras asociaciones, he conocido experiencias como el proyecto Gea-Clio, y he participado en grupos de trabajo en los que se comparten ideas e ideales. Por otra parte creo que la enseñanza de la geografía en el S. XXI podría mejorarse mucho si no estuvira tan condicionada en tiempos y espacios tan poco adecuados para desarrollar sus prodeciminetos y prácticas : Unas clases de 50 minutos en un espacio-aula convencional poco adaptada al aprendizaje colaborativo y por proyectos. Otro factor importante hoy día creo que puede ser la falta de motivación de muchos profesores para organizar salidas didácticas con adolescentes y hacer que este alumnado se involucre. Para esto vienen a ayudarnos tambien los aprendizajes formales e informales de las nuevas tecnologías, uso de GPS, y APPS como OSMTrackter que permiten trazar rutas y aprender a georreferenciar sus propios intereses geográficos. En estos temas todos aprendemos al mismo tiempo. El aprendizaje y uso de las nuevas tecnologías se hace necesario en geografia y convive con el uso e interpretación de los recursos cartográficos más convencionales, pero no son excluyentes. Siempre incido en que el paisaje tiene sus códigos y hay que saber leerlos, analizarlos y disfrutarlos....lo mismo ocurre con las obras de arte. Es la mejor manera de convervar el patrimonio natural y construido...lo que se conoce, intelectualmente y vivencialmente.. se quiere y se valora.

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